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Congreso

Este es el proyecto que busca legalizar la marihuana en Colombia

El consumo y cultivo de marihuana serán legales en Canadá a partir del 17 de octubre, anunció este miércoles el primer ministro Justin Trudeau ante la Cámara de los Comunes en Ottawa.

El consumo y cultivo de marihuana serán legales en Canadá a partir del 17 de octubre, anunció este miércoles el primer ministro Justin Trudeau ante la Cámara de los Comunes en Ottawa.

Foto:AFP

El congresista Juan F. Reyes, autor de la iniciativa, habla sobre el plan para regular este mercado.

Javier Forero
Para muchos, el cannabis se ha convertido en un bálsamo para aliviar el dolor, inducir al sueño, estimular el apetito y amortiguar los golpes que a veces da la vida. Sus defensores afirman que reduce considerablemente el estrés. También puede ser útil, entre otras cosas, como analgésico, antiemético, broncodilatador y antiinflamatorio.
En medio de la aparente prisa por integrar la marihuana en nuestra vida como una sustancia convencional, gravarla, regularla, legalizarla y comercializarla, se plantean cuestiones importantes. Y , en la medida en que crece el debate, también crecen los críticos.
En diálogo con EL TIEMPO, el representante Juan Fernando Reyes, autor del proyecto que buscar regular el mercado y el consumo del cannabis, aseguró que “uno de los beneficios de la regularización del cannabis es la posibilidad de que se realicen más estudios que antes no se podían hacer producto del prohibicionismo”, además de que permitiría que se cobren impuestos por la comercialización de esta sustancia.
Los críticos dicen que el consumo de marihuana puede ser la puerta de entrada para el uso de sustancias más fuertes ¿Qué responde al respecto?
No hay evidencia concluyente sobre eso. Estudios recientes han mostrado cómo otros factores pueden ser más importantes para explicar la decisión de una persona de consumir drogas duras, incluso hay evidencia que sugiere que el consumo de alcohol y tabaco pueden influir sobre esta decisión. La teoría de la puerta de entrada ha venido siendo puesta en duda por su carácter reduccionista.
No es posible atribuirle la decisión de consumir drogas más duras de manera exclusiva al consumo de cannabis, más aún, cuando hay factores individuales y sociales que pueden influir en esa decisión. Ahora, por el contrario, sí existe evidencia para demostrar la efectividad de la marihuana o sus derivados como “puerta de salida” a la adicción de alcohol, nicotina, opiáceos y cocaína.
¿Cómo les ha ido a otros países frente al tema?
Según Andrés López Velasco, exdirector del Fondo Nacional de Estupefacientes, la experiencia de Holanda, Canadá y otros países reguladores demostró que la regulación frenó el ingreso de sustancias psicoactivas y otros derivados sintéticos mucho más tóxicos para el consumo. Existen también estudios que indican la relación entre consumo de cannabis y una menor tasa de consumo de sustancias inyectables.
¿Por qué plantear el debate sobre permitir el consumo de Cannabis con fines recreativos en un país estigmatizado por el narcotráfico?
Preferimos cambiar la denominación de uso recreativo a uso adulto, principalmente, porque el uso recreativo no implica per se que la persona esté consumiendo por recreación, ahí pueden estar incluidos otro tipo de usos. Además, la palabra “uso adulto” implica la delimitación de las personas que podrán consumir y denota la búsqueda de un consumo responsable. Ahora, no se debe entender el narcotráfico de la misma forma que el tráfico de otras sustancias, ya que todas tienen un nivel de negocio muy distinto al de la marihuana y por eso nuestro proyecto solo habla de cannabis.

Uno de los beneficios de la regularización del cannabis es la posibilidad de que se realicen más estudios

Así mismo, creemos que puede haber otro camino para la política de drogas y una nueva historia para el país. El narcotráfico es la gasolina que mantiene vivos a los grupos armados ilegales, que con su poderío económico y el uso de la violencia han minado el desarrollo de los territorios y minimizado la institucionalidad del Estado. Sin mencionar el costo que le presenta al país.
El Estado colombiano ha gastado 88 billones de pesos en 10 años en la erradicación de cultivos de uso ilícito y esto sin contar el gasto militar y de operativos, el gasto de administración de justicia y el sistema carcelario. Estamos hablando de un promedio anual de 8.8 billones, lo que es significativo si se compara con el presupuesto de entidades como la Defensoría del Pueblo o la Procuraduría que, a pesar de ser las entidades encargadas de defender los derechos de los ciudadanos, tienen entre 9 y 15 veces menos presupuesto que lo que se destina a la erradicación de cultivos.
¿Cómo debe ser ese nuevo enfoque?
Necesitamos un nuevo enfoque en la política de drogas, que hoy es profundamente discriminatorio y no garantiza la salud pública. ¡Es un escándalo que el 95% de los municipios del país no cuenten con servicios de atención para problemas de consumo! Es momento de implementar un enfoque preventivo, uno de salud pública concentrado en el consumidor.
Con la iniciativa presentada con el representante Juan Carlos Losada y 18 parlamentarios más, no buscamos otra cosa que garantizar el derecho al libre desarrollo de la personalidad, la autonomía individual y un enfoque de salud pública; generar alternativas productivas, consolidar un sistema de administración de justicia eficiente, mejorar la información con la que cuenta el Estado, facilitar el acceso a la información al consumidor, reducir el alcance del crimen organizado y promover el desarrollo social.
Así como existen castigos para quienes manejen bajos efectos del alcohol, ¿también habría castigos para quienes conduzcan bajo efectos del Cannabis?
Sí, eso debe quedar en la posterior reglamentación. Uno de los beneficios de la regularización del cannabis es la posibilidad de que se realicen más estudios que antes no se podían hacer producto del prohibicionismo. Así pues, de la mano con la reglamentación se deberá avanzar en estudios para construir mejores datos e información pues hoy no se conoce el fenómeno en todas sus complejidades, la gente no sabe qué consume, las diferencias entre marihuana y otras drogas, etc.
¿Se podría establecer un impuesto al Cannabis?
Claro que sí. Ese es uno de los objetivos principales de esta reforma constitucional, que el Estado colombiano reciba recursos por un consumo que hoy, por ser ilegal, no devuelve nada al Estado. Por eso queremos abrir la posibilidad de presentar una ley posterior que permita regular la expedición de licencias y los impuestos que se van fijar para la cadena producción y el consumo de uso adulto de cannabis. Este impuesto debe fijarse de tal manera que el mercado legal pueda ser competitivo frente al mercado ilegal, con el fin de que el crimen organizado pierda terreno.
El recaudo de este impuesto debería destinarse a inversión social en los territorios más afectados por el narcotráfico, a la población vulnerable, a la prevención y mitigación de los riesgos asociados al consumo. Estos recursos deben fortalecer el enfoque de salud pública y buscar resarcir a las víctimas de la guerra eterna y fallida contra las drogas.
Barranquilla lidera en tratamientos médicos en el Caribe. Ahora la atención con cannabis es otra de las alternativas que ofrece.

Barranquilla lidera en tratamientos médicos en el Caribe. Ahora la atención con cannabis es otra de las alternativas que ofrece.

Foto:Archivo particular

¿Cómo podría aportar económicamente la industria del Cannabis al país?
Podría aportarle muchísimo al país, sobre todo en esta reactivación tan necesaria producto del covid. Por ejemplo, según el exministro Juan Carlos Echeverry, el recaudo generado solo por el cannabis medicinal podría evitarle al país una reforma tributaria, ya que el recaudo por concepto de impuesto de renta se podría ubicar entre 1,2 y 3,5 billones de pesos.
El mercado del cannabis medicinal genera alrededor de 17,3 empleos formales por cada hectárea sembrada, superando a la industria de flores que genera 17, lo que no es un dato menor, considerando que este ya es un sector económico consolidado en el país. Por otro lado, según el estudio realizado por Fedesarrollo en 2019, con 56 hectáreas cultivadas de cannabis medicinal se habrían generado más de 950 empleos y de US$99 millones en ingresos. Este estudio estima también que para 2025, con un crecimiento tendencial de cerca de 10 % del área cultivada, se podría llegar a 450 hectáreas, más de 7.700 empleos e ingresos cercanos a los US$ 790 millones.

Este estudio estima también que para 2025, con un crecimiento tendencial de cerca de 10 % del área cultivada, se podría llegar a 450 hectáreas, más de 7.700
empleos...

No hay estimaciones muy claras de cuánto representa el cannabis en las ganancias que obtiene el narcotráfico, pero un reporte publicado por el DNP en 2016 sobre el narcomenudeo, determinó que la rentabilidad del tráfico de drogas ilícitas representa hasta el 3,8 del PIB ($20.5 billones) del mercado potencial, mientras el narcomenudeo representa hasta el 0.75 del PIB ($6 billones). Estos datos inevitablemente nos hacen preguntarnos si parte de estos dineros no pudieran recaudarse vía un mercado legal y regulado del cannabis, destinarse de manera especifica a ciertas necesidades que tiene el país y de paso reducir los impactos nefastos del narcotráfico.
Un informe de la Junta Internacional de Fiscalización indica que el consumo de Cannabis genera dependencia ¿por qué insisten ustedes en permitir el consumo recreativo?
Para el caso del cannabis hay estudios que indican que 1 de cada 10 consumidores se vuelve dependiente, además que no se han reportado muertes por sobredosis. Según, Scientific Reports, el alcohol es 114 veces más riesgoso para la salud que el cannabis y el tabaco que mata hasta la mitad de las personas que lo consumen. Y las dos son legales y hoy no nos estamos haciendo esas preguntas respecto a estas dos sustancias.
Usualmente se sostiene que el cannabis debe legalizarse porque “es seguro”. Sin embargo, sobre este punto hay que sincerar el debate: todo consumo de sustancias puede tener efectos o riesgos asociados, unos más severos que otros, pero existen. Sin duda los estudios realizados por la JIFE son referencias importantes, pero también la regularización del cannabis de uso adulto en otros países ha permitido realizar otro tipo de estudios académicos que empiezan a controvertir lo que antes eran verdades casi absolutas sobre el cannabis.
De esta situación surge la necesidad de que las personas se encuentren informadas sobre sus efectos adversos y puedan decidir si consumen o no. También es importante diferenciar los tipos de consumo para poder generar estrategias de prevención de los riesgos asociados sin caer en la estigmatización.
POLÍTICA
Javier Forero
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