Día mundial contra las drogas: sentimientos encontrados

Jueves, 26 de junio, 2008
Miles de botellas de alcohol son destruidas en Java para celebrar el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas en 2007.

Hoy, 26 de junio, es el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas. En el programa Drogas y Democracia del TNI, siempre nos ha costado encararlo, ya que suele ser un día repleto de sentimientos encontrados. Son demasiadas las veces en que los países lo profanan, deseosos de mostrar sus acciones más severas contra las drogas. Entre ellas, todos los años, encontramos un elevado número de ejecuciones en China, especialmente reservadas para el 26 de junio, jornada en que se mata a detenidos por delitos de drogas para celebrar un día instaurado por las Naciones Unidas, a pesar de que la Asamblea General adoptó el año pasado una resolución contraria a la pena de muerte.

Hoy ha empezado bien, con un mensaje del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, titulado “No se debe estigmatizar ni discriminar a nadie por su dependencia de las drogas”. En su mensaje, el secretario general especifica: “Al conmemorarse el 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, quisiera recordar a todos los Estados miembro que tienen la obligación de respetar plenamente los derechos de los presos farmacodependientes y de las personas arrestadas por delitos relacionados con las drogas, especialmente su derecho a la vida y su derecho a un juicio justo”.

Estas palabras deberían ser las habituales de un secretario general, ya que los derechos humanos constituyen la piedra angular del sistema de la ONU. Sin embargo, se trata un llamamiento notable e inusitadamente claro a que se respeten los derechos humanos en la aplicación de los tratados de fiscalización de estupefacientes de la ONU. El mensaje se hizo público de antemano, pero aún no se sabe si los chinos le prestaron atención; no suelen hacerlo. La delegación china ante el período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes que se reunió en marzo de este año en Viena hizo todo lo posible por evitar que se adoptara una resolución presentada por Uruguay que solicitaba a los Estados miembro que hicieran exactamente la misma cosa: respetar los derechos humanos en las actividades de control de drogas. El bloqueo de la delegación china casi acabó con el frágil ‘consenso de Viena’ en el momento en que Uruguay amenazó con someterla a votación.

Ban Ki Moon, con su mensaje, también indica que apoya plenamente la línea adoptada recientemente por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) y encabezada por su subsecretario general, Antonio Maria Costa. En los últimos meses, en una serie de discursos e informes, Costa ha presentado varias propuestas interesantes para lograr que el control de drogas ‘adecue a su fin'. Costa habla de la necesidad de ‘humanizar’ el sistema de fiscalización de estupefacientes porque, en su opinión, hay demasiadas personas en prisión, se están destinando unos tremendos recursos a la aplicación de la ley y muy pocos a prevención, tratamiento, rehabilitación y reducción del daño, se está poniendo un acento excesivo en la erradicación de cultivos ilícitos, y se están gastando muy pocos recursos en el desarrollo de ayuda a los campesinos. También subraya la necesidad de mitigar las consecuencias indeseadas de las iniciativas de control de drogas, defiende abiertamente el principio de reducción del daño y enfatiza que “la aplicación de las convenciones de drogas deben estar en debida consonancia con los derechos humanos“.

Hoy, de nuevo, el jefe de la ONUDD ha llamado al pleno respeto de los derechos humanos en el ejercicio del control de drogas. Costa ha hablado a favor de los derechos humanos de las personas adictas a las drogas y en contra de la pena de muerte en el caso de delitos relacionados con drogas. "A pesar de que las drogas matan, no creo que debamos matar a causa de las drogas”, declaró el señor Costa al presentar el Informe Mundial sobre las Drogas 2008.

El Informe Mundial sobre las Drogas (IMD) ha sido, durante años, otro de los motivos por los que, al llegar el día mundial en contra de las drogas, tenemos sentimientos encontrados. Hemos emitido comunicados de presa e informes sobre políticas de drogas muy críticos en respuesta al IMD varias veces, y hoy lo volveremos a hacer. El informe, la publicación anual de la ONU más importante en materia de drogas, incluye referencias a estos recientes cambios positivos en el discurso de la ONUDD con respecto a los derechos humanos y la reducción del daño. Sin embargo, también incluye, como de costumbre, muchas afirmaciones no fundamentadas sobre el éxito y la eficacia del sistema de control de drogas de la ONU. Este año, se dedica un importante apartado a los ‘cien años de fiscalización internacional de estupefacientes’. "Las estadísticas de drogas muestran que el problema de las drogas se ha reducido drásticamente durante el último siglo, y que se ha estabilizado en los últimos diez años", señala el señor Costa. Según el IMD, las elevadas cifras de consumo de opio en China a principios del siglo pasado se redujeron efectivamente gracias a las negociaciones para el establecimiento de tratados internacionales de control de drogas que se pusieron en marcha en Shangai en 1909.

Comparado con nuestra lectura de la historia de la fiscalización de las drogas durante el último siglo, el IMD exagera la incidencia del consumo problemático de opio, subestima sus usos medicinales y atribuye los cambios del mercado demasiado fácilmente a las actividades de control de drogas. Los intentos en ese mismo informe por apuntarse un éxito parecido con respecto a los mercados de coca/cocaína están aún más desconectados de la realidad.

Creemos que es fundamental que la ONUDD cambie de rumbo y tienda a convertirse en un centro especializado que asesore a los responsables de formular políticas. Por ese motivo, volvemos a estar decepcionados con la poca exactitud del panorama que dibuja este organismo. Si bien aplaudimos la creciente sensibilidad que demuestra la ONUDD con respecto a los derechos humanos y la reducción del daño, no por ello dejamos de cuestionar profundamente muchas de las conclusiones recogidas en el IMD de este año.

Nos preocupa también que el IMD esté intentando desviar la atención de la revisión de diez años de la UNGASS de 1998 que está en pleno curso. Esta semana, el primer grupo de trabajo se reunió en Viena para debatir las lecciones aprendidas en el campo de la reducción de la oferta, y la próxima, lo hará el grupo sobre desarrollo alternativo. Es necesario llegar a conclusiones significativas entre ahora y el próximo septiembre, momento en que la Comisión de Estupefacientes empezará a preparar la reunión de alto nivel prevista para el próximo mes de marzo y en que se adoptarán las directrices en materia de políticas para el futuro. En esta última década no se pueden reivindicar muchos avances, y ese hecho se debe poner sobre la mesa sinceramente, en lugar de intentar esconder los fracasos con una mala lección de historia sobre lo sucedido durante el siglo pasado.

Para un análisis más detallado, os animo a leer nuestro último informe sobre políticas de drogas: La historia reinterpretada - Una respuesta al Informe Mundial sobre las Drogas 2008