Jorge Paladines: ‘El diálogo por las drogas debe incluir a las familias, a técnicos...’

Jorge Paladines es docente de Criminología de la Universidad Central y profesor de Política de Drogas del Instituto de Altos Estudios Nacionales. Foto: Archivo/EL COMERCIO

Jorge Paladines es docente de Criminología de la Universidad Central y profesor de Política de Drogas del Instituto de Altos Estudios Nacionales. Foto: Archivo/EL COMERCIO

Jorge Paladines es docente de Criminología de la Universidad Central y profesor de Política de Drogas del Instituto de Altos Estudios Nacionales. Foto: Archivo/EL COMERCIO

El presidente Lenín Moreno ha llamado a un diálogo nacional, para tratar, por ejemplo, la problemática de las drogas. En los primeros análisis han aparecido propuestas para endurecer las sanciones a los traficantes. ¿La solución va por allí?

Bueno, el diálogo tiene dos problemas: de fondo y de forma. Sobre este último, tienen que incluir a más actores para discutir este fenómeno. Eso significa que no debería ser un diálogo entre el presidente Lenín Moreno y la oposición política o los partidos que perdieron las elecciones. Debería ser un diálogo con técnicos, académicos, familiares de personas que están siendo víctimas del consumo y, sobre todo, con expertos.

¿Eso no está ocurriendo?
No. Deberían también estar incluidos los familiares o pacientes que usan el cannabis, para fines medicinales o terapéuticos.

¿Y cuál es el problema de fondo que usted observa?
Tiene que ver con parar un debate que se ha manoseado, que se ha contaminado. Están mezclando el tema de la prevención con el de la represión. Ambos son importantísimos, pero se necesita una alta cirugía que la separe.

¿Qué significa eso?
Esto no quiere decir que no dejen de estar coordinadas los dos puntos. Esto quiere decir, que la política pública de salud no puede entenderse como política criminal o de seguridad. Y aquí hay dos temas que Cynthia Viteri los ha tratado hábilmente en su propuesta, porque cuando ella habla de eliminar las tablas se refiere a dejar mucho más amplio el espectro para la criminalización.

Pero también habla de la rehabilitación.
Lo que dice es el qué, pero no dice el cómo. Habla como que si todos los que usan drogas deben ir a internamiento.

¿Hay una visión errada de lo que se debe hacer?
Mire, toda la vida el PSC ha tratado de resolver el conflicto con el manodurismo.

Pero el anterior gobierno metió a policías y a canes amaestrados a las aulas, como una forma para frenar al microtráfico. También se optó por la vía de la represión.
Sí. Hubo estrategias de reformas y de contrareformas. Me parece que el mismo contradictor de su misma reforma fue el expresidente Rafael Correa y parte de esa contradicción es la que está pasando al gobierno actual. Antes de que salga del poder, el expresidente presentó un proyecto de ley para criminalizar el consumo de las drogas en el espacio público.

Entonces, ¿usted dice que en este tema se han cometido varios errores?
Totalmente. Han fracasado. Esa es la palabra.

¿Por qué se llegó a esto?
A nivel mundial hay una lógica internacional en materia de guerra contra las drogas y esa lógica la establece la DEA. Esa política responde al enfoque de guerra que inauguró el expresidente de EE.UU. Richart Nixon hace 46 años. Es decir, el enfoque desde la perspectiva de seguridad, policial, militar, incluso en temas de prevención. Ahora, no estoy diciendo que esto no tiene que combatirse a través de Inteligencia e información policial. El problema es que los ámbitos de prevención, de salud y de consumo ingresan bajo estrategia de tácticas policiales o militares.

Entonces, ¿qué hacer?
Hay que separar lo que significan enfoques de políticas públicas sociales de los enfoques de política pública penales o políticas criminales. Luego, en salud hay que inaugurar el enfoque de salud social, que significa que la prevención debe ser integral.

Trayectoria  
Docente de Criminología de la Universidad Central y profesor de Política de Drogas del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN).

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