La muerte de 27 personas ha puesto en evidencia el hacinamiento y la informalidad en muchos centros de rehabilitación para adictos a las drogas y el alcohol en Perú. "El centro era una guarida de la muerte", ha declarado este domingo la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, tras confirmar que el local funcionaba sin permisos del Ayuntamiento de San Juan de Lurigancho.