"La hidrovía del Paraná -con puertos en Brasil y Bolivia que siguen el río, pasan por Paraguay y llegan a Argentina- es una ruta de creciente importancia de la cocaína con destino a Europa, que preocupa en este momento”, cuenta Javier Sagredo, director de COPOLAD III (Programa de Cooperación entre América Latina, el Caribe y la UE en políticas de drogas). "Pero obsesionarse con las rutas es como querer parar un río que baja de la montaña al valle: puedes poner una presa, pero el agua va a desbordar y va a ir por otro lado”, afirma. "Se ha comprobado en este período de pandemia: el tráfico que se hacía con "mulas” paró, pero se incrementó por otras vías. Tiempo antes, cuando Estados Unidos bloqueó las rutas del Caribe, comenzaron a abrirse rutas hacia el oeste del África y de ahí a Europa”.