La semana pasada el Congreso de Uruguay dio un paso importante al convertir a ese país en el primero que legaliza el cultivo, la venta y la posesión del cannabis. En noviembre pasado, los estados de Washington y Colorado, en Estados Unidos, aprobaron leyes similares. Las medidas son una señal de cómo la monolítica política de drogas, basada en la prohibición, está siendo reexaminada y cambiando.