Colombia puso el pie en el acelerador y sigue de cerca el modelo uruguayo.

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América Latina avanza en la regulación del cannabis con el ojo puesto en el modelo uruguayo

Gobierno quiere avanzar "antes de fin de año" en venta de marihuana para turistas y en locales más allá de las farmacias
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24 de octubre de 2022 a las 05:02

Algo está pasando en las Américas, algo que hace que los gobernantes estén asumiendo la derrota de la estrategia de prohibicionismo a las drogas y den rienda a la regulación del mercado de la marihuana. Y en casi todas las iniciativas se referencia una misma experiencia: la uruguaya.

La prohibición le hace daño a la humanidad, porque el mercado de drogas ya existe, solo que clandestino y regulado por el crimen organizado. Es un mercado que se paga con vidas y llegó la hora de que sean los Estados quienes establezcan las normas del juego”. Así comienza cada una de sus presentaciones públicas Daniel Radío, secretario de la Junta Nacional de Drogas, que está de gira por México y Chile compartiendo los resultados del llamado “experimento uruguayo”.

Y al parecer su pensamiento está siendo acompañado por políticos del continente —por lo general progresistas o liberales— en una cruzada que los analistas llamada “cambio de paradigma”. 

"La experiencia internacional demuestra que (la legalización de la marihuana) es la mejor política pública, como los casos ya probados en Uruguay, Estados Unidos y en varios países de Europa", dijo el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, cuando a comienzos de este mes presentó un proyecto de ley que regulariza el cannabis en ese país centroamericano.

El proceso uruguayo de regulación de las drogas nos mostró la necesidad del coraje político para avanzar en estas políticas públicas, sensatas y necesarias”, señaló a El Observador, en tanto, la diputada chilena Ana María Gazmuri, quien lidera la bancada transversal “Regulación por La Paz” de la que participan 60 parlamentarios chilenos en busca de la legalización.

La influencia que ha tenido la regulación uruguaya (del cannabis) ha sido grande: en especial la capacidad de regular el mercado para que se privilegie la política pública por sobre el interés (financiero) de unos pocos jugadores, así como la creación de una institución regulatoria específica para cannabis (Ircca)”, expresó a El Observador Lisa Sánchez, directora de México Unido Contra la Delincuencia.

"'¡Se quedarán fuera de los mercados!', le dijeron a Mujica cuando reguló la marihuana y hoy el mundo sigue sus pasos”, argumentó la semana pasada el senador colombiano Gustavo Bolívar, quien pretende se despenalice el consumo adulto de drogas.

A estas iniciativas, que cuentan con el apoyo de figuras tan disímiles como el actual mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador y su antecesor Vicente Fox, ahora está sumándose Estados Unidos a escala federal.

“Nadie debería estar en la cárcel solo por usar o poseer marihuana”, sentenció hace dos semanas el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cuando anunció que perdonará a más de 6.500 personas condenadas por esta causa.

Cuando Uruguay inició la venta de marihuana en farmacias para uso recreativo —el paso más polémico del experimento local—, solo en dos estados de Estados Unidos estaba despenalizado el consumo y la compra de cannabis sin fines medicinales. Cinco años después, ya son 11 los que tienen normativas que avalan el dispendio adulto y 33 los que regularon el cannabis terapéutico.

Para Radío no hay dudas: “El día que Estados Unidos modifique su ley federal, las casas matrices de los bancos modificarán su actitud hacia el dinero proveniente del mercado regulado de drogas” y, como efecto dominó, “habrá un cambio de paradigma a escala global”.

A fines de 2020, cuando el mundo estaba sumido en la emergencia sanitaria por el covid-19, Naciones Unidas reconoció que la planta de marihuana tiene potenciales terapéuticos. Eso obligó a que se quitara a este producto de la lista IV de estupefacientes. Sin embargo, el cannabis todavía integra la lista I de sustancias prohibidas. Para Radío, “es cuestión de tiempo”.

La experiencia uruguaya

Cuatro de cada diez consumidores de marihuana en Uruguay lo hacen a través del mercado regulado. Esa es la estimación del Observatorio Uruguayo de Drogas. Pero, ¿qué pasa con el resto de adquirentes?

El presidente Luis Lacalle Pou ya manifestó su intención de flexibilizar el registro de adquirentes. Y habiendo pasado más de la mitad del período de gobierno, su propósito entra en una cuenta contrarreloj. Por eso desde la Junta Nacional de Drogas quieren que desde el Ejecutivo se envíe al Parlamento, antes de fin de año, un proyecto que modifique algunos artículos de la ley vigente.

Según supo El Observador, hay al menos tres introducciones a la normativa que son prioridad para la actual comandancia de la política de drogas: que se pueda vender en comercios más allá de las farmacias, que los extranjeros no residentes puedan acceder al producto (habilitándose el turismo cannábico), y que se regule el expendio de marihuana no psicoactiva para uso recreativo.

La última encuesta que realizó el Observatorio Uruguayo de Drogas reveló que el 96,6% de los consumidores “considera que debería ofrecerse otra variedad con mayor porcentaje de THC o ‘pegue’”. Esa opción quedaría saldada a partir de diciembre que, según informaron a El Observador, estaría pronta para la venta la variante gamma: de predominancia índica, con hasta 15% de THC (el componente psicoactivo que en las opciones actuales es inferior a 9%), y menos del 1% de CBD.

Pero, según la misma encuesta, hay un 18,1% que entiende que también “debería ofrecerse otra variedad con menor porcentaje de THC” de la actual. El problema es que la regulación del cannabis de uso adulto solo contempla el efecto psicoactivo. Por eso es necesaria una modificación de la ley que acepte los cigarrillos de CBD que para algunos usuarios es el sustituto del tabaco (con mucha menos nocividad, aunque no inocuo).

Por su parte, la diputada chilena Gazmuri explicó a El Observador que, “de acuerdo a la información” que les llega del proceso uruguayo, está “la necesidad de garantizar la suficiente cantidad de puntos de expendio, especialmente en sectores más vulnerables, de manera de evitar el mercado negro por dificultades para el acceso regulado”.

A la fecha hay solo 29 farmacias habilitadas para la venta de marihuana, las que deben abastecer a más de 50.000 usuarios registrados.

En México, dijo a El Observador la activista Lisa Sánchez, “no está en discusión que la venta sea solo en farmacias, como tampoco la fijación de límites de THC”. Y explicó: “En algunas cosas el modelo uruguayo es demasiado restrictivo, pero eso también depende de la confianza que la ciudadanía le tenga al Estado”. Lo dice en el sentido que en Uruguay existe un respeto por la institucionalidad que, tal vez, “no es el que caracteriza” al país del norte.

México estaba siendo el país de América que venía más avanzado en su regulación del cannabis de uso adulto tras los pasos de Uruguay y Canadá. La Justicia ya había establecido que no puede penalizarse a quien consuma y un proyecto de ley había sido aprobado en general, aunque dadas las discrepancias en el articulado “es probable que la discusión naufrague hasta al menos febrero de 2023”, indicó Sánchez.

Colombia es en ese sentido el país sudamericano que puso el pie en el acelerador. El presidente Petro, quien en la campaña electoral había anunciado su intención de regularizar el mercado de todas las drogas, le dedicó a la temática su primer discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas.

Pero en Colombia, uno de los principales productores de drogas, la política no está exenta de resistencias. El expresidente Álvaro Uribe citó esta semana el caso uruguayo para oponerse a la regulación: “En Uruguay se legalizó la marihuana y aumentó el mercado ilegal y la venta de otras drogas”.

Los datos oficiales que Radío presenta en sus conferencias internacionales no condicen con la posición de Uribe. Porque la última encuesta de consumo de drogas en estudiantes liceales, que el Observatorio de Drogas presentó hace tres meses, concluye que “el consumo de marihuana se mantiene estable desde antes de la regulación”.

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