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Paz, narcotráfico y extradición

El próximo ciclo de diálogos se iniciará con la discusión sobre drogas ilícitas. En la trasescena, el gobierno de EE.UU. El tema ‘Simón Trinidad’, la desarticulación del narcotráfico y el problema de extradición, asuntos claves en la mesa.

María del Rosario Arrázola / Alfredo Molano Jimeno
09 de noviembre de 2013 - 09:00 p. m.
Desde el inicio del proceso de paz los delegados de las Farc han insistido en la necesidad de que ‘Simón Trinidad’ se una a la mesa de diálogos en La Habana.  /EFE
Desde el inicio del proceso de paz los delegados de las Farc han insistido en la necesidad de que ‘Simón Trinidad’ se una a la mesa de diálogos en La Habana. /EFE
Foto: EFE - Str

Después del acuerdo parcial alcanzado entre el Gobierno y las Farc el pasado miércoles en el tema de participación política, la mesa de diálogos de La Habana se apresta a iniciar la discusión sobre el cuarto punto de la agenda: la solución al problema de las drogas ilícitas. Un tema que sin duda, aunque en la traescena, tendrá activa participación el gobierno de Estados Unidos. A partir de ahora su apoyo al proceso de paz es decisivo.

Desde el próximo 18 de noviembre, de cara a la discusión sobre el problema de las drogas ilícitas, ya se contará con las propuestas que la ciudadanía ha realizado a través de la página de internet del proceso de paz y, sobre todo, de aquellas que se entregaron en el foro realizado por la Organización de Naciones Unidas y la Universidad Nacional, así como en los foros regionales de paz coordinados por las comisiones respectivas del Congreso.

Un tema que obliga a abordar espinosas discusiones como la extradición, la participación de Simón Trinidad en la delegación de las Farc y el desmonte del narcotráfico y la producción de droga. Tres asuntos que indirectamente competen al gobierno norteamericano. Por eso, desde ya se barajan opciones. Por ejemplo, una declaración pública de las Farc comprometiéndose a contribuir a la meta de “una Colombia sin cocaína”, como lo ha dicho el presidente Santos.

Se dice que los canales de comunicación con el Departamento de Estado ya están abiertos. La señal fue la liberación del exsoldado estadounidense Kevin Scott el pasado domingo 27 de octubre. Ese día las Farc, en un comunicado, admitieron que “en la concreción de esta liberación jugó un papel decisivo Estados Unidos”. El secretario de Estado, John Kerry, agregó: “Estados Unidos está profundamente agradecido con el gobierno de Colombia y elogia sus esfuerzos incansables para asegurar su liberación”.

Hace un mes, la ONU y la Universidad Nacional realizaron un foro sobre drogas, en medio del cual las Farc exteriorizaron una reflexión que partió de condenar el narcotráfico y promover duras críticas a Estados Unidos. “Hoy la lucha contra el narcotráfico y contra el terrorismo de parte del país que más consume narcóticos y más utiliza el terror como arma de dominación, es excusa para el desenvolvimiento de una estrategia imperialista”, refirió en un comunicado en el que dejó claro que cualquier solución al problema de las drogas ilícitas pasa por el tema agrario.

En dicho foro, la guerrilla sostuvo que el narcotráfico es un engendro capitalista y que determinar su origen y esencia es necesario para resolver el problema. En varias ocasiones los delegados de la insurgencia han afirmado que no participan del narcotráfico y que lo que hacen es cobrar un impuesto en las regiones productoras a quienes se lucran del negocio. Ahora lo que puede aportar a la paz es que las Farc ayuden a desarticular las redes de tráfico de estupefacientes, con la consecuente orden a todas sus unidades para desmarcarse de esta actividad.

Fuentes cercanas al proceso sostuvieron que en el caso en que la guerrilla contribuya a acabar con este flagelo en Colombia, el gobierno norteamericano podría ceder en el tema de extradiciones, e incluso facilitar, hasta donde su justicia lo permita, la llegada de Simón Trinidad a la mesa de diálogos. De paso, contribuir económicamente a la costosa tarea de la sustitución de los cultivos ilícitos.

La idea central es que la transformación del campo, objetivo de la paz territorial que subyace en los acuerdos firmados hasta ahora entre el Gobierno y las Farc, pasa necesariamente porque el campesinado se niegue a los cultivos ilegales y la guerrilla contribuya a esa tarea. Una opción que seguramente hará parta del temario de la reunión que el próximo 3 de diciembre se tiene previsto que sostengan el presidente Santos y su homólogo norteamericano, Barack Obama.

Primer año de la mesa de diálogos

El próximo 19 de noviembre se cumple el primer año de trabajo en la mesa de diálogos de La Habana. Un día antes, el 18 de noviembre, las delegaciones de paz de Gobierno y Farc instalarán el decimoséptimo ciclo de conversaciones, el cual enfrentará la discusión sobre la solución al problema de las drogas ilícitas. Problema que inicialmente estaba programado como el cuarto punto de la agenda de diálogos, pero que por acuerdo entre las partes será discutido antes, para dejar el punto sobre el fin del conflicto para cuando se hayan aclarado temas como el de la justicia. Sin duda, el acuerdo en participación política le dio un importante impulso al proceso de paz y los más optimistas afirman que dentro de las cuentas del Gobierno está evacuar el punto sobre las drogas ilícitas antes de que acabe el año.

@nenarrazola

@AlfredoMolanoJI

Por María del Rosario Arrázola / Alfredo Molano Jimeno

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