La propuesta consiste en la regulación de grupos de consumidores, espacios seguros, lugares donde realizar exámenes médicos y que cuenten con información respecto de los riesgos de consumo. Estos grupos deberán registrarse, realizar las actividades en espacios adecuados, no contarán con autorización para la venta de alcohol y deberán realizar actividades de prevención y rehabilitación en la comunidad. Los grupos podrán producir exclusivamente la marihuana a consumir y someterse a una rigurosa verificación.