En 1961, la Convención Única sobre Estupefacientes de Naciones Unidas dispuso “que la masticación de la hoja de coca quedará prohibida dentro de los 25 años siguientes a la entrada en vigor de la presente Convención”. El politólogo neerlandés Martin Jelsma, una de las mayores autoridades en políticas internacionales con respecto a las drogas, dice que con el retiro y posterior reingreso de Bolivia en la Convención del 61 (con la reserva sobre el masticado de coca), se debatió más la relación entre derechos humanos y de pueblos indígenas y las políticas de drogas.